Mensaje e impresiones de una visita canónica
La Hermana María del Rosario durante su estadía, visitó cada una de las comunidades de Hermanas: Santiago, San Bernardo, Concepción, Valdivia, Puerto Montt y Ancud. Dentro de su itinerario, la Superiora General, tuvo encuentros con diversos representantes de los colegios de la Inmaculada Concepción.
En entrevista realizada recogemos su pensamiento y mensaje.
Hermana ¿En qué ha consistido esta visita canónica a la provincia chilena?
Según lo prescriben el Derecho Canónico (Canon 628) y nuestras Constituciones, la Superiora General, durante el período de su cargo, debe visitar todas las comunidades de la Congregación. Durante esta visita cada Hermana tiene la oportunidad de conversar personalmente con la Superiora. La visita ayuda a la Superiora a conocer más profundamente el espíritu que reina en cada comunidad y en cada una de las obras apostólicas: los logros, desafíos y dificultades. Es una oportunidad para crecer en el conocimiento y amor mutuo, y ayuda a la planificación de acciones futuras en vistas a la misión que tenemos como Hermanas de la Caridad Cristiana.
En esta oportunidad llegué a la Provincia el 4 de marzo en compañía de la Hna. María Angelina Rivarola, Consejera General. Comenzando por la comunidad de la Casa Madre, hemos visitado cada una de las comunidades y obras apostólicas de norte a sur, para regresar a la Casa Madre y concluir nuestra peregrinación por la Provincia.
¿Cuál ha sido su percepción al visitar las comunidades religiosas en el centro y sur de Chile?
He encontrado comunidades dedicadas de lleno al servicio de Dios en la misión que les ha sido encomendada. Las fuerzas son limitadas, pero la voluntad de entrega es sin fin. La vida de oración, el estilo de vida eucarístico, siguiendo el ejemplo de Jesús, les da la gracia para seguir sirviendo con alegría allí y donde Dios las llama.
¿Cómo han sido los encuentros con la comunidad escolar y con los grupos?
Todos han sido distintos según las posibilidades y realidad de cada lugar, pero todos, absolutamente todos han sido muy enriquecedores. Fue una alegría para mi poder percibir el mismo espíritu que anima a todos y que he experimentado desde mi primera visita a Chile y en las sucesivas oportunidades que tuve de visitarlos.
¿Qué mensaje les deja a quienes forman parte de nuestro apostolado en Chile? Y ¿Cómo podemos internalizar aún más las enseñanzas de Jesús y el legado de la Madre Paulina en esta sociedad secularizada?
Un mensaje de inmensa gratitud por su entrega diaria en el apostolado de la educación católica. Gratitud por colaborar en que las obras sigan adelante en el espíritu de la Madre Paulina, llevando el amor de Cristo a todos, especialmente a los más necesitados de toda clase, en un servicio alegre y cordial.
Les animo a continuar el itinerario de la formación permanente en el carisma de la Congregación, siempre fieles hijos de la Iglesia como lo fue la Madre Paulina. Frente a las ideologías que se nos quieren imponer, respondamos formándonos, bebiendo de la fuente segura del Magisterio de la Iglesia.
Dios nos llama a cada uno, desde nuestro lugar, a extender su Reino en este mundo, en el lugar en que cada uno se encuentra y en este tiempo de la historia. La situación del mundo actual es una oportunidad y una invitación a formarnos más y renovarnos en nuestra entrega. No tenemos que temer, el Señor está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, como Él lo prometió. Jesús resucitó verdaderamente y vive entre nosotros. Llevemos a nuestro mundo concreto de cada día, el anuncio de que hemos visto al Señor. ¡Ha resucitado y está con nosotros! ¡Aleluya!